Yo tenía un amigo que se llamaba Querubín,
Querubín tenía un hijo que se llamaba Delfín.
A Delfín le gustaba cocinar, y le invitaba a merendar,
y después de una siestecita nos íbamos a ver el mar.
Querubín era mi amigo un amigo singular,
para ser un gran pingüino, nunca le gustó nadar,
pero si le gustó cavar.
A Querubín no le querían porque era un pingüíno y no le gustaba nadar.